Carhué y ruinas de Epecuén: escenarios de una producción cinematográfica española

Carhué y ruinas de Epecuén: escenarios de una producción cinematográfica española

En una entrevista con Cambio 2000, los reconocidos actores españoles compartieron su entusiasmo por haber trabajado en los paisajes únicos de Carhué y las ruinas de Epecuén. Andrés Herrera describió al sitio como “conmovedor, de una belleza que impacta profundamente”, mientras que Elisabet Casanovas destacó que grabar allí fue “como un bálsamo” para ella. Elisabet Casanovas y Andrés Herrera.

La Plata, 09 May (Por InfoGEI).-Ambos intérpretes son protagonistas del largometraje El Rastro del Lobo, dirigido por Ángeles Hernández y producido por David Matamoros. Aunque la mayor parte del rodaje se llevó a cabo en Barcelona, el equipo dedicó cuatro jornadas a grabar en la provincia de Buenos Aires.

La historia está ambientada en un mundo posapocalíptico en el año 2050, tras una tercera guerra mundial, donde Sofía (Casanovas) emprende una lucha desesperada por salvar a su padre (Herrera) de un sistema que ejecuta a los adultos al cumplir 55 años.

Al reflexionar sobre la experiencia, Elisabet destacó que filmar en ese entorno natural intensificó el significado emocional de la historia. “Los paisajes hablan por sí solos y aportan una poesía visual que potencia el vínculo entre los personajes”, afirmó.

Por su parte, Herrera confesó sentirse profundamente conmovido por la atmósfera del lugar: “Caminar por esa devastación ya te transporta emocionalmente, es como si el paisaje hiciera la mitad del trabajo actoral”.

Ambos elogiaron la calidez del equipo argentino y la hospitalidad local, además de valorar la oportunidad de formar parte de un proyecto con un enfoque cinematográfico tan distinto. Elisabet consideró que el desafío artístico fue grande, por tratarse de una historia con una estética y narrativa a la que no estaba acostumbrada. “Fue un aprendizaje constante y un proceso muy enriquecedor”, aseguró.

Andrés también compartió cómo recibió la propuesta: “Estaba de viaje cuando me contactaron. Leí el guion y supe que quería formar parte de esta aventura”. Resaltó la conexión lograda con el equipo técnico y artístico, al punto de sentirse “conectado como un avatar” con Casanovas durante las escenas más intensas.

Experiencia inolvidable

Ambos actores coincidieron en que los días en Carhué y Epecuén fueron profundamente significativos, tanto por la potencia del paisaje como por el vínculo humano que se generó durante la filmación.

“Estar en medio de la desolación, y luego terminar la jornada compartiendo una cerveza con el equipo en un lugar tan tranquilo, fue una experiencia inolvidable”, dijo Herrera.

Hacer cine en Argentina es un privilegio

El actor también subrayó su admiración por el cine argentino y su deseo de seguir participando en producciones locales. “Hacer cine en Argentina es un privilegio. Hay un nivel técnico y artístico altísimo, y una historia cinematográfica que merece ser preservada. ¡Viva el cine argentino!”, exclamó emocionado.

Finalmente, Elisabet resumió su vivencia en una frase que repitió varias veces: “Venir aquí ha sido como un bálsamo. Todo el entorno acompañó de forma increíble la historia que queríamos contar”. (InfoGEI)Jd